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Hay que apostar por la urbe baja en altura

26-03-09

Hay que apostar por la urbe baja en altura, pero alta en densidad
El director de la revista  Arquitectura viva cree que hay que volver al centro y olvidarse de las urbanizaciones de chalés

Mariana Cores
Santander

La ciudad del futuro es la de alta densidad y baja altura. Así lo manifestó ayer el arquitecto y director de la revista Arquitectura viva Luís Fernández-Galiano, quien aseguró ayer en su conferencia en el "Foro de La Magdalena" que Santander "debe evitar crecer en forma de mancha de aceite".
Las ciudades densas "consumen menos territorio, son más baratas de construir (necesitan menos infraestructuras) y más baratas de mantener, porque precisan menos climatización y menos gasto en transporte". Como consecuencia, aparece la "ciudad sostenible".
El crítico e investigador de la arquitectura aplaudió que el futuro Plan General de Ordenación Urbana de Santander (que será aprobado en los próximos meses) recoja la regeneración de suelo urbano consolidado en zonas que están degradadas. Señaló que la norma de los británicos es construir en zonas grises, no verdes".
"Allá donde se haya construido una vez, se debe construir de nuevo", aclaró. Pero, sin embargo, dejar las "zonas vírgenes", de la periferia, para "uso recreativo". A este respecto se refirió a Benidorm, de la que dijo es "un modelo sostenible" en términos "económicos y ecológicos", aunque "parezca un disparate".
La crisis actual, destacó, "no sólo es financiera, sino también sistemática, climática y energética". Por ello, "estamos en el umbral de un nuevo modelo que reclama el retorno a la ciudad más compacta y menos consumidora de recursos y de energía".
Pero para ello, apuntó que habrá que conseguir que el alquiler de la vivienda en los centros urbanos "sea más asequible".
Los arquitectos, aseguró, "han estado muy preocupados por construir iconos del poder" y "no han estado a la altura de las circunstancias", ya que "no han atendido a la ciudad" ni "a las necesidades más elementales y cotidianas". Pero la responsabilidad, apuntó, "no es sólo de una profesión, sino también de los políticos y de las demandas de los ciudadanos, que deben de cambiar su deseo de una casa con jardín" y apostar por la "ciudad europea tradicional".
En cuanto a la península de La Magdalena, resaltó que es uno de los valores fundamentales de Santander de cara a la capitalidad cultural europea al ser el "corazón intelectual de una parte de nuestro mundo, gracias a la actividad docente y cultural que desde hace 75 años mantiene una institución como la Universidad Internacional Menéndez Pelayo". Frente a esto, señaló que hay que huir de "la arquitectura simbólica o emblemática, que busca simplemente traer turistas por su singularidad".

Fuente: El Diario Montañés

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